lunes, 11 de abril de 2016

Ruta de libros en París


Ah, París… El beatus ille de los amantes, los viajeros y los hípsters; la mole de monumentos y museos que provoca a cada paso el síndrome de Stendhal; el gigante de la cultura y el arte; la fantasía erótica en la que una actriz preciosa se enamora de un tramoyista y se desnudan al ritmo del acordeón mientras se comen una baguette.

FAUX !! 


Las primeras impresiones cuando uno llega a París poco tienen que ver con la tranquilidad y la creatividad. Es un lío de coches, todos los edificios son iguales y acabas pasando mucho más tiempo apretujado en el metro que respirando el aire viciado de la ciudad. Y además, llueve ―a veces― no, siempre.

Ahora bien, es cierto que París tiene sus desventajas, pero allí donde surjan siempre van a haber argumentos a favor, y el más poderoso de todos es: ¡crêpes! Ejem…, quiero decir: ¡LIBROS!

Así que hoy os traigo mi particular “Ruta de los libros” en París.


Después de dos años viviendo en la capital francesa lo que una aprende a la fuerza si es una friki de la literatura es que la maleta nunca es lo suficientemente grande para que quepan todos los libros que vas a comprar. En serio, nunca es lo suficientemente grande. El primer año tuve que deshacerme de un par de zapatos y enviar una caja enorme a España antes de subirme al avión. El segundo, envié otra caja, tiré una mochila y en el mismo aeropuerto varias de mis camisetas fueron a la basura. ¿La razón? ¿Hace falta preguntarlo? Siempre es mucho mejor volver con libros que con ropa (total, en Alicante no me iba a hacer falta, porque hace un calor de mil demonios).

Al que vaya a visitar París por unos días puede que le interese poco recorrer las calles de la ciudad metiéndose en librerías donde seguramente no vaya a comprar nada y en su lugar le interese mucho más hacer lo típico: pasar 4 horas esperando para subir a la Tour Eiffel detrás de un guiri gordinflón con flatulencia; esperar otras 2 para entrar en el Musée du Louvre solo para ver la Gioconda y quejarse de que es muy pequeña y está rodeada de asiáticos; hacer la cola de una hora para subir los cansinos escalones de Notre-Dame; o espantar desesperado a los chicos de las pulseritas y a los pintores freelance de Montmartre. Sí, ya sé que todo eso es muy divertido, pero a quien le interese hacer algo diferente o conocer la ciudad desde otro punto de vista, aquí voy yo con una propuesta:

Un día en Le Quartier Latin



A quien pregunte, el barrio no se llama así porque aquí viva toda la comunidad latina de París (aunque hay varios comercios latinos muy atractivos), sino, evidentemente, porque aquí se encuentra la más antigua y célebre universidad de Francia: la Sorbonne. Así que este ha sido tradicionalmente el barrio de las ratillas de biblioteca que se venían sin un duro a aprender latín y teología, lo que explica que la zona esté plagada de librerías y zonas de fiesta (las dos caras de la moneda de la vida estudiantil).

9h-10h. Paseando por las márgenes del río Sena:

Nos levantamos prontito, cogemos el metro y nos plantamos en el centro de París: L’Île de la Cité. Aprovechad para tomaros foticos con la catedral de Notre-Dame detrás y en marcha. A lo largo del Sena se encuentran los bouquinistes. Os sonarán porque aparecen constantemente en pelis y fotografía de turistas. Son los famosos puestos situados sobre la barandilla de piedra del paseo. Estos puestecillos están abiertos cuando hace bueno (es decir, cuando no llueve). 


Hay algunos que piensan que no se puede encontrar nada interesante en estas pequeñas librerías folclóricas porque están hechas para los ojos de los turistas. Sin embargo, yo creo que nadie puede resistirse a su encanto y para quien sabe mirar siempre hay algo de valor. Normalmente cada bouquiniste se especializa en un tema: libros antiguos, libros modernos de ocasión, carteles de época, grabados, revistas, postales, etc. Yo un día encontré un singular ejemplar de Rimas y leyendas de Bécquer que no tardé en añadir a la colección de ediciones que tengo del sevillano. Es de la editorial Edimat Libros, con tapa dura azul, recubierta de relieves dorados e ilustrada con los grabados que Gustav Doré elaboró después de su viaje por España. Además, hay escrita una nota. El libro se trata en realidad de un regalo. Me enternece tanto la dedicatoria que el padre escribió al hijo, al que cariñosamente llama “garbanzo” que he decidido escanearos la dedicatoria, por si la imagen se difunde y, ―¿quién sabe?― algún día acaba llegando a su antiguo dueño y este me lo pide de vuelta.




Boulevard Saint Michel


No se puede hablar de uno, sino de una multitud de Gibert Joseph, una librería polimórfica que se ramifica e invade todas las calles alrededor de la fuente de Saint Michel. Básicamente, aquí he comprado la gran mayoría de libros que me traje de Francia. Cada local está dedicado a una temática, así por ejemplo Gibert Jeune es la tienda dedicada a la literatura francesa moderna y acoge también las secciones de cómic, literatura fantástica, arte o narrativa en general. Además, en el último piso también se encuentran los libros de bolsillo y los de ocasión. En Gibert es común encontrar el libro que buscáis por 8 euros, nuevecito y, justo al lado, un ejemplar de segunda mano por 2 euros o incluso menos. Los que no leen en francés también pueden pasarse por aquí y buscar el local de Gibert dedicado a libros en versión original, donde hay multitud de estanterías de libros en español a muy buen precio.

11h (o lo que tardemos en entretenernos en Gibert). Boulinier.

20, boulevard Saint Michel.


Esta es otra de las cadenas de librerías de París que se dedican a la compra venta. Boulinier vende tanto libros como CD de música, películas, vinilos, pósters, cómics, etc., cualquier tesoro de la era pop. En Boulinier vais a encontrar variedad y también muy buenos precios.

11h15. Album.

84, boulevard Saint Germain.


Esta tienda me la descubrió un amigo que suele comprar allí. Con dos tiendas a un lado y otro de la calle, se trata de un comercio dedicado a cumplir los deseos de los más geeks o frikis, o como se les llame a los devoradores de cómics, manga, literatura fantástica y coleccionistas de miniaturas. Revisar su programación antes de ir porque a menudo tienen visita: firmas de libros, presentaciones, tertulias, etc. Muy cerquita de Album también tenéis otra tienda de cómics llamada Pulp’s Comics.

Se puede luego seguir por la rue Monge, donde se encuentra Saint-Nicolas du Chardonnet, una iglesia que no tiene más encanto que cualquiera de las otras cientos de iglesias y catedrales de París, pero que es curiosa por el hecho de acoger en ella todavía una fe tan rancia como particular. En ella se sigue la vieja liturgia, misas enteramente recitadas en latín, para quien guste.

11h30. L’Harmattan.

16, rue des Écoles.



Un poco más delante tenemos la rue des Écoles, llamada así porque cerca se encuentran las facultades de la Sorbonne. En esta calle hay dos librerías interesantes, una es L’Harmattan,  que casi no necesita presentación. Para los que no estéis al tanto, esta aparentemente sencilla librería es sólo la cabeza visible del gran monstruo editorial L’Harmattan, uno de los grandes colosos que ocupan los primeros puestos de la edición mundial. Y esto no es moco de pavo. Su especialidad es la literatura africana, aunque como es una gran superficie vais a encontrar libros de todo tipo.


25, Rue des Écoles.


La otra librería interesante de esta calle es la Librairie Présence Africaine que resiste increíblemente la competencia de L’Harmattan. Esta librería, mucho más humilde y pequeña, se dedica íntegramente a la literatura africana.

Para hacerse una idea de la importancia de la literatura africana en Francia sólo hay que pensar en el equivalente de la literatura hispanoamericana en España. Los autores son leídos, las obras canonizadas y laureadas. El ejemplo más famoso tal vez sea el de Albert Camus. Yo me compré aquí Les Soleils de l’Indépendance de Amadou Kourouma, para que a uno le reviente la cabeza descubriendo el realismo mágico también en África (¿madera de artículo?).

12h/13h. Comida en Le P’tit Grec.

68, rue Mouffetard.



Si ya hay gusa lo que os propongo es comer en Le P’tit Grec. Subimos entonces bordeando el Panteón o callejeando hasta la rue Mouffetard y prevemos algunos minutos de distracción, porque esta zona no se parece a París. Las calles son bajas, enrevesadas, no hay demasiado estilo hoffmaniano invadiendo las fachadas y hay un ambiente juvenil y desenfadado en el ambiente. La mayoría de comercios son restaurantes, bares o pequeñas tiendas de artesanía. Si la temporada de la visita es en primavera o en verano además habrá muchos grupos de turistas haciendo rutas a pie o en bici. Ya con el estómago rugiendo hay que detenerse en el número 68, un pequeño establecimiento de vapores y acentos extraños, es Le P’tit Grec, crêpes y galettes al estilo griego con ingredientes de calidad y un precio increíble (para los pobretones), a partir de 5 euros.

13h/14h. Panteón.


Una vez con la panza llena la iglesia de Saint Étienne es un buen sitio para visitar. Luego uno puede introducirse en el Panteón, pero teniendo en cuenta que la visita ronda las 2 horas. Ahora bien, el monumento a los grandes hombres de la patria realmente no tiene desperdicio. No os olvidéis de visitar la cripta del sótano, donde está por ejemplo la estatua del sonriente Voltaire o la celda con las tumbas de Zola, Victor Hugo y Alexandre Dumas (manudas juergas se tienen que pegar por la noche).


Rue des Fossés Saint-Jacques.




Detrás del Panteón se encuentra la rue des Fossés Saint-Jacques. En ella se encuentra la librería Les Petits Platons, en la cual se venden libros de filosofía adaptados para los más peques con unas ilustraciones bellísimas. Y un poco más allá, la Librairie Portugaise et Brésilienne, un rinconcito de cultura lusófona. De mis autores favoritos en esta lengua se encuentra por supuesto Saramago, pero luego también Darcy Ribeiro con Maira y Hilda Hist con La obscena señora D. 

Hasta que el cuerpo aguante. Shakespeare & Company.

37, rue de la Bûcherie.


Si ya estáis agotados de tanto patear y los comercios empiezan a echar el cierre, sólo os queda un lugar al que ir: Shakespeare & Co. Sí, está en dirección contraria, pero no os preocupéis porque es todo cuesta abajo y además así volvemos al barrio de los locales y los pubs para acabar la noche.


En el número 37 de la rue de la Bûcherie se encuentra una disimulada tienda de paredes verdes, Shakespeare & Company. Dos pisos de auténtica locura bibliófila. Aquí acaban los amantes de la vieja bohemia, buscando el mítico sitio donde se dice que los viajeros pueden dormir en sus destartaladas camas del segundo piso, rodeados de libros antiguos y la sección de literatura juvenil e infantil. Hay un piano que una vez encontré bajo las manos de un joven extranjero mientras una chica igual de joven e intensa lloraba en silencio con las piernas encogidas sobre la cama, mientras tanto la gente pasaba, miraba y luego volvía a hojear los libros. Un sitio extraño, falso o real, que hace falta visitar al menos para saber cómo es por dentro, porque dudo que otro sitio en París contenga tantas resonancias y contradicciones en un espacio tan pequeño.


Aquí no encontraréis libros de ocasión, más bien son todos bastante carillos. Sin embargo, podéis llevaros un ejemplar sellado por la tienda para que lo guardéis toda la vida como los ingenuos bibliófilos que sois; ¡yo ya tengo mi ejemplar de Alicia con el sello de Shakespeare & Co.!


Luego, cargados de libros y de recuerdos, podéis ir a gastaros los últimos euros que os queden en los locales de fiesta que hay sólo unos pasos más adentro del barrio latino.

Me quedan muchas más librerías que recomendaros, pero estas son las que os pillan cerca para visitarlas todas en un día. Para los que tengan la suerte de aprovechar más el tiempo en la capital francesa os recomiendo también: La Musardine, Bulles de Salon y BookOff. La primera, La Musardine, se encuentra en el número 122 de la rue du Chemin Vert y es una librería especializada en literatura erótica (para que lo disfrutéis, pillines). La segunda, Bulles de Salon, es una librería especializada en cómics que podéis encontrar en el número 87 de la rue Daguerre y en el 39 de la rue Letellier. Y la tercera y última es BookOff, una cadena japonesa que se ha instalado en el barrio japonés de París, en el número 11 de la rue Monsigny. Hay dos tiendas a ambos lados de la calle, una dedicada a libros de oferta en lengua occidental y otra, enfrente, dedicada a distribuir la cultura japonesa: libros, discos, revistas, películas, etc. Un excelente plan es aprovechar las compras rituales en BookOff para ir a comer luego a alguno de los restaurantes asiáticos del barrio (muy rico todo y a muy buen precio). Yo personalmente os recomiendo el restaurante chino Zen Zoo, en la rue Cherubini, una comida riquísima por aproximadamente 15 euros.

Ahora, por si os interesa seguir investigando sobre el tema os dejo una publicación que aporta otras propuestas de lugares privilegiados relacionados con la literatura en París: http://viajes.espanol.marriott.com/paris/ruta-literaria-por-paris/.

Y a vosotros, ¿se os ocurren otras librerías para añadir a esta ruta de libros en París?




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